Lo que comenzó como un desastre logístico en una boda en Ciudad de México terminó siendo la anécdota más dulce del día.
Carolina y Roberto habían planeado cada detalle de su boda durante meses, pero lo que no esperaban era que el pastel de bodas casi no llegara a tiempo. La boda se celebraba en una hacienda en las afueras de Ciudad de México, y el conductor encargado de entregar el pastel se perdió en el camino debido a un cierre inesperado de carreteras. Carolina, que es amante de los dulces, estaba al borde de un ataque de nervios. Finalmente, el pastel llegó, aunque con algunas flores de azúcar dañadas. La novia y los invitados lo tomaron con humor, y el incidente se convirtió en la anécdota más recordada de la boda. “Al final, lo importante es que estábamos todos juntos, incluso el pastel”, bromeó Roberto durante su discurso.